Yo te entiendo...
Mira, por ahí es una pavada en comparación...
Cuando yo era chica, desde que nací hasta los 18
que murió el dueño y el hijo nos desalojo, viví en un local, mitad local, mitad
casita al fondo, muy precario pero lo mejor que pude tener (precario en cuanto
a que no tenía la estructura de una casa, pero teníamos cosas como para vivir
bien. No teníamos habitación propia (era
una gran habitación dividida) ni bacha de cocina, los platos se lavaban en el
bañito que tenia ducha de la eléctrica que calentas, ah! Y olvídate de la
ventana… salvo de los grandes ventanales del local, pero bueno, esos no los
podes usar de ventana…
En fin, cuando nos mudamos lo hicimos a lo que fue
mi casa hasta hace dos meses con primer piso, baño y cocina REAL, comedor, habitación
para mí y mi hna balcón, patio interno, hermoso hermosísimo. A los 18 años pude
invitar a un amiga a mi habitación! era increíble
Sin embargo, 4 meses después pase por lo que fue el
local de mi papa casi 30 años, habían hecho un ciber enorme (el local era de 100 mtos cuadrados) había
como 40 pcs y en el fondo videos contra la pared. Y yo entre y lo recorrí, pase
por el rincón donde me escondía, por el sitio donde jugaba con mi perro, por
donde estaba la alfombra donde nos tirábamos con mi papa y mi hna a ver la tv, el
rincón donde había estado mi mural de 15, el lugar donde le sacamos una de las últimas
fotos a mi tía… muchos recuerdos más…
Yo no te puedo explicar, la ANGUSTIA que me dio, ver
toda esa gente profanando mis recuerdos, una computadora con un pendejito
maleducado gritando en el mismo lugar donde abrace a mi conejito muerto durante
2 hs a los 6 años
Terrible. Quería echarlos. Putearlos, volver atrás.
Y sin embargo no se puede.
Las cosas son como son porque son. Valga la
redundancia
No hay que mirar atrás, ni arrepentirse.
Si sos plenamente consciente de que cada decisión
la tomaste de la forma correcta en el momento correcto, no hay que arrepentirse. Aunque volviera a esa casa para recuperar el rincón
donde jugaba al chinchón con mi papa o donde mi padrino (que falleció hace poco
también) me enseñaba a cocinar, perdería
las tardes de soles y mates con mi vieja en el balcón, la felicidad de mis mascotas de dormir al sol,
tener plantas y un lugar para pegar un portazo y llorar contra el mundo. Los
asados en el patio con mi papa y mi padrino, las noches durmiendo en el balcón
viendo muchísimas estrellas fugaces, y lo más importante, la primera vez que mi
ahora novio vino a comer a mi casa sin ser más que un conocido
Cuando vine a esta casa perdí todo. Todo lo que había
sido mi universo casi 20 años, pero también gane miles de cosas. Y si volviera atrás,
no disfrutaría ni las que perdí ni las que gane en el cambio. Porque las cosas
nunca son como antes y cuando pansas en ellas, siempre se tiende a olvidar lo
malo. Y a enaltecer lo bueno.
Siempre se estuvo mejor, y casi nunca es así. Porque si cambiaste y
buscate otro rumbo fue porque lo que tenias ya no te llenaba así que sonreí!
Y nada mas de rivotril, ni de llorar.
Salí a correr, llora mientras lo hagas, descárgate,
gritale al mundo que te queres bajar y que necesitas que pare! y volve feliz.
Junto al hombre que te ama, en la casa que
construiste y que con tanto esfuerzo se volvió tu hogar.